"Escribir cosas que no se saben aún es un ejercicio funambulista, en el decir franchute: si uno se inclina un poco a cualquier lado podría caer, igual, al piso, ensuciando la prosa, dando vida innecesariamente."
Odalisque,
es, lo verás, insólito mi mensaje. Porque, en mi caso, otros se hubieran desbordado al primer instante. No se hubieran amarrado las manos. Ni escatimarían rincón del cuello que ponerle besos. Y, aunque una noche te los puse con la boca y los quité con la nariz, aunque encontré carne roja llenándote los labios, hoy no te puedo recordar. Y, después de llevarte de la boca a la calle, despidiéndote y cerrando la puerta tras de mí, me vi en la cara contorsión de risa, ni tan fija, quizás mendaz. Y me satisfacía, cerrando los ojos. Desas noches... quhemos ido perdiendo...
El punto es que comenten; ustedes saben, queridos: es necesario...
lunes, 19 de diciembre de 2011
jueves, 8 de diciembre de 2011
A ver, querido, no es que sea justificación, lo que alegás cada vez que escribo. Pero el maestro ha dicho que ya no hay géneros, que no sescribe ya novela o cuento o poesía, que todo es escritura y con eso basta. No hay que responder más preguntas que la-de-la expresión. Y ya. Igual todos mantienen como unas ganitas de que la demás gente sepa que vivió, valga o no la pena saberlo. Mirá las cartas del papá, del setenta, guardadas en el cajón. Mirá los muchachos haciéndole músicas al tedio. Vila no hace sino crear, parece desesperado. Y yo, por ejemplo, paso horas en minútil correspondencia, divirtiéndome, haciéndole huecos a la pared de tierra contra la que discurrimos parados. Nada digno, tampoco. Y aun así, cuántas ínfulas me ha permitido darme, elocuente de noches... Estoy seguro, incluso, de haber registrado alguna verdad inédita, o, al menos, de haberle actualizado espíritu. Y no soy cuentista. Mucho menos novelista cuando no hay lomo pal'aparejo. Soy, por definición ajena, un "auto-expresionista", sabrán si a mi pesar, cuyo lema es "no soy capaz" y duerme demasiado. Mas se va viviendo. De pie en los tiempos cuestabajo del posmoderno, donde el valor se lextinguió en proceso inverso al brote. Y ninguno tiene idea de cómo es que sigue uno vivo. Tampoco necesitan saberlo, es cierto. Creador, crea, dicen; nunca dijeron cómo. Aquí pongo mi grano, en mi propio molde ques malo pero es propio. Aquí me he de ubicar en la historia, catorce lustros luego.
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